Eccemas y Urticaria
La piel es el mayor órgano del cuerpo humano. Actúa como barrera protectora que aísla al organismo del medio que lo rodea, protegiéndolo y contribuyendo a mantener íntegras sus estructuras, al tiempo que actúa como sistema de comunicación con el entorno.
El término eccema hace referencia a un proceso descamativo y asociado al picor que afecta a la piel. Aunque los mecanismos últimos implicados en cada uno de los tipos de eccema son distintos, existe en cada uno de ellos una alteración en los glóbulos blancos, que facilita una reacción inmunológica anormal a sustancias externas al individuo.
En el eccema atópico infantil deberán descartarse posibles factores desencadentes, como son los procesos infecciosos y el consumo de ciertos alimentos.
La urticaria es la reacción de la piel caracterizada por la presencia de pequeñas elevaciones, ronchas, de color más claro o rojizo que el resto de la piel que las rodea. Cursa con prurito intenso o sensación de quemazón y que se acompaña de la aparición de lesiones habonosas en toda la superficie cutánea y, en ocasiones, también en mucosas. La etiología de la urticaria suele ser muy variada implicándose factores infecciosos, medicamentosos, inmunológicos o alimentarios.